Prepara tus uñas: Comience por asegurarse de que sus uñas estén limpias y secas. Retire el esmalte anterior con quitaesmalte y córtelas al largo deseado si es necesario.

Seleccione su pulidor de uñas: Los pulidores de uñas vienen en varias formas y tamaños, incluidos bloques, almohadillas y palitos. Elija el tipo de pulidor que le resulte más cómodo y conveniente de usar.

Comprenda las superficies de pulido: La mayoría de los pulidores de uñas tienen varias superficies con diferentes texturas o granos. Estas superficies suelen estar etiquetadas o codificadas por colores para indicar su propósito:

• Grano grueso: esta superficie se utiliza para dar forma y alisar la superficie de la uña.
• Grano medio: esta superficie ayuda a refinar y emparejar cualquier punto áspero o cresta en las uñas.
• Grano fino: Esta superficie pule y da brillo a las uñas, dándoles un acabado brillante.

Comience con la superficie gruesa: Comience usando la superficie más áspera del pulidor de uñas para darle forma y alisar la superficie de las uñas. Pula suavemente cada uña con un movimiento de ida y vuelta, concentrándose en las áreas con crestas o irregularidades. Tenga cuidado de no aplicar demasiada presión, ya que esto puede dañar las uñas.

Cambiar a la superficie media: Una vez que hayas alisado las asperezas, cambia a la superficie de grano medio del pulidor. Pule cada uña nuevamente para refinar aún más la superficie y garantizar una textura uniforme.

Utilice la superficie fina para dar brillo: Por último, utiliza la superficie de grano fino del pulidor para pulir y dar brillo a las uñas. Pule cada uña con movimientos circulares suaves hasta lograr el nivel de brillo y lustre deseado.

Técnica de pulido: Al pulir, asegúrese de pulir toda la superficie de cada uña, incluidos los bordes y las esquinas. Realice movimientos suaves y uniformes para evitar crear áreas irregulares o dañar la placa de la uña.

Limpiar: Una vez que hayas terminado de pulir todas tus uñas, lávate las manos para eliminar el polvo o los residuos de las uñas. También puedes usar un cepillo suave o un paño para eliminar con cuidado el polvo residual de la superficie de la uña.

Hidratar: Después de pulir tus uñas, aplica una crema de manos humectante o aceite para cutículas para hidratar y nutrir tus uñas y la piel circundante.

Mantenimiento: Para mantener la suavidad y el brillo de las uñas, utilice la superficie de grano fino del pulidor con regularidad, según sea necesario. Esto ayudará a mantener las uñas con un aspecto pulido y saludable entre sesiones de pulido.