Prepara tus uñas: Asegúrate de que tus manos estén limpias y secas antes de comenzar. Si tus uñas están muy duras o quebradizas, considera ablandarlas primero sumergiéndolas en agua tibia con jabón durante unos minutos.
Seleccione el cortaúñas adecuado: Elige un cortaúñas que se adapte cómodamente a tu mano y que sea adecuado para el tamaño y la forma de tus uñas. Hay distintos tipos de cortaúñas disponibles, como cortaúñas estándar, cortaúñas grandes para los pies y tijeras para uñas.
Posiciona tu mano: Sujete el cortaúñas con firmeza pero de forma cómoda con su mano dominante. Colóquelo en un ángulo cómodo para acceder a la uña que desea cortar.
Recortar en línea recta: En el caso de las uñas de las manos, intente cortarlas en línea recta con un solo movimiento suave. Evite cortarlas demasiado cortas, ya que esto puede aumentar el riesgo de uñas encarnadas y molestias.
Evite redondear las esquinas: Al cortar las uñas de los pies, evita redondear demasiado las esquinas, ya que esto puede provocar que se encarnen. En lugar de eso, intenta cortarlas en línea recta con una ligera curva.
Compruebe la longitud: Después de cortarlas, comprueba el largo de tus uñas para asegurarte de que estén uniformes. Puedes usar una lima de uñas para alisar suavemente los bordes ásperos o irregularidades.
Hidratar: Una vez que hayas terminado de recortar tus uñas, aplica un humectante o aceite para cutículas para hidratar la piel alrededor de tus uñas y mantenerlas con un aspecto saludable.
Limpia tus herramientas: Después de cada uso, limpia el cortaúñas con agua y jabón para eliminar la suciedad o las bacterias. También puedes desinfectarlo con alcohol isopropílico para una limpieza adicional.
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